Aquel martes lo supo.
Supo que todo había terminado
con sólo mirarle a los ojos.
Su mirada no era la misma, ya no la miraba igual
que hacía algunos años.
Sin explicaciones, él, se fue. Se fue, para no volver. Y ella, lo supo enseguida.
Y aunque le dijo adiós, ella deseaba que fuera, un
hasta luego.
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