el cuento de la luna, escrito para un concurso de El placer...
Hola, soy Catalina, cuando Lorenzo se acuesta yo me levanto;
vigilo las casas, los campos; en fin, controlo todo lo que pasa por la noche. ¿Ya
sabes quién soy?
Hoy, es Nochebuena y como es una noche mágica, le voy a dar
una sorpresa a mi amiga Susana ¿Y quién
es? te preguntas, pues mira, la única que me saluda.
¡Mira! ¡Ahí está!
─
Buenas noches Catalina ─ me dice con una sonrisa en la boca.
─ Buenas noches Susana – le contesto yo sonriendo.
Asombrada se queda, me mira perpleja jajajaja.
─ ¿Has hablado Catalina?─
─
Sí, Susana, hola ─
─
¡Hola! ─ me contestó ─¡no me lo puedo creer! estoy hablando con la luna.
─
Susana, te quiero hace un regalo ─
─
¿Por qué?─
─
Porque eres la única persona de este mundo, que me saluda, y lo haces todas las
noches, no me fallas una ─ Cierra los ojos y relájate – le dije a Susana.
Ella, no lo pensó dos veces e hizo lo que yo le mandé.
En el mismo momento en que su mente se puso a descansar, la
traje a mi con polvos de luna.
─
Ahora abre los ojos ─ le dije.
Ella me pisaba ¡estaba alucinada!
─ Pero ¿y la gravedad? ─ me preguntó
─ Es por los polvos, puedes pasearte por aquí como si fuera
tu casa, bueno ahora que te tengo a mi lado ¿qué te gustaría? ─
─
Pero ¿Qué te puedo pedir? ─
─
Lo que quieras, si puedo te lo regalo ─
─
¡Oh! no se que pedirte, ya tengo todo lo que necesito para ser feliz ─
─ Bueno, algo que te haga ilusión ─
─
No sé, me gustaría poder cantar con los payasos de la tele ¿puede ser?─
En cuanto acabó la frase, aparecieron Fofó, Gaby y Miliki,
nada más y nada menos, vestidos como hacían en sus espectáculos y empezaron a
cantar y a bailar con Susana, os podéis
imaginar que canción claro.
¡Qué bien! pensaba yo, pero tiene que volver a su casa, no
me puedo pasar con el tiempo congelado.
─
Susana, despídete de los payasos porque tienes que volver ─
─
¡Oh, Catalina! ¡con lo bien que estoy aquí ─
─
Lo sé Susana, pero en la Tierra el tiempo está parado mientras estás aquí y no
podemos alargarlo más.
Susana se despidió de todos y volvió a cerrar los ojos;
cuando los abrió estaba en su cama, se levantó corriendo a la ventana…
─
Catalina, muchas gracias ─ me gritó.
Yo le guiñé un ojo, en el mismo momento en que le sonaba el
timbre de la puerta. Llegaban sus familiares para celebrar la Nochebuena.
─
Vais a flipar, no os podéis imaginar lo que me ha pasado ─ les dijo Susana a
todos.
─
Cuéntanos cuéntanos ─ le contestaron a
la vez ─
Entonces empezó a narrar lo que le había sucedido conmigo.
Y esta es una de las historias más bonitas que os puedo
contar de las que han sucedido en
Navidades. Felices Fiestas a tod@s.
Fdo:
Catalina.
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