martes, 30 de junio de 2015

Se conocieron un martes...


Se conocieron un martes, era un martes cualquiera, de un mes indiferente, de un año como otros pasados. Pero...aquel martes, ya quedó marcado para siempre en sus vidas. Y ahora, cada martes, es una fiesta, porque cada martes tienen una cita. Y de esa cita, cada martes, surge un pequeño micro, bueno o malo, pero así es cada martes. Como hoy, que hoy es martes.


miércoles, 10 de junio de 2015

RAMIRA LA HORMIGA

Un cuento que tiene ya tiempo, publicado en el libro de fiestas de Almuña en 2012

RAMIRA LA HORMIGA

La hormiguita Ramira
quiere ir a otro lugar
porque está cansada
de tanto trabajar.

Su amiga Carmina le dice:
“Allá donde vayas
tendrás que recolectar
para así poder
el invierno pasar”

Pero ella insistente
un día se va,
caminando despacito
hacia otro lugar.

De repente, todo se oscurece
y al mirar hacia arriba
una figura enorme aparece.

Asustada la hormiga
se pone a llorar
y el niño que la mira
le empieza a cantar:
-Hormiguita, hormiguita
no te vayas de mi casita
porque te quiero yo poner
un lacito y un alfiler.

Ramira al oír el canto del niño
se tranquilizó
porque cuenta se dio
que él quería ser su amigo.

Pedrito cogió a Ramira
le dio un besín
y la puso en una cajita
donde le daba su comidita.

Y así la hormiguita Ramira
dejó de trabajar
porque se hizo amiga

de un niño muy especial.

martes, 2 de junio de 2015

Había una vez...

Un micro que escribí para participar en un concurso, al final, no lo envié.


Había una vez, una libreta, que quería convertirse en un cuento.
Buscó y buscó escritores que quisieran convertir su sueño realidad, pero no encontró a nadie que quisiera hacerlo.
Un día, acudió a un colegio. Allí, conoció a una niña muy inquieta, muy soñadora, y  gran inventora de historias.
Se metió en su mochila y esperó.
Ana, cuando llegó a casa, se puso a revolver en la mochila buscando el estuche para hacer los deberes y encontró aquella libreta. Al abrirla, vio que había unas palabras impresas en ella:
CONVIÉRTEME EN UN CUENTO. GRACIAS.
Ana no tardó ni cinco minutos en ponerse a escribir en aquella libreta. Y sin darse cuenta escribió el cuento más bonito que pudiera inventarse una niña.
Y la pequeña libreta, por fin, vio cumplido su sueño...ser un cuento.